Comunicación | Jordi Santamaría

Comunicación | Jordi Santamaría

Valor de marca: de lo corpóreo a lo emocional. El amor es así

No sé si me arriesgo mucho cuando digo que las redes sociales han obligado a las marcas a sacar a flote su lado más emocional. Antaño, el consumidor necesitaba saber qué vendía la marca y qué características técnicas poseían los productos de la misma. Ese era el valor de marca de entonces. El saber transmitir su parte más corporal. Y seguramente ahí moría. El resto, las emociones, las experimentaba cada comprador en casa. Y, desgraciadamente, no las podía expresar. Sólo para sus adentros quedaban todos esos sentimientos.

Entonces llegó la nueva era. Una era sostenida por dos grandes pilares. Primero, el de la interacción constante entre marcas y consumidores. Y segundo, el de la sobreinformación. ¿Repercusión? El futuro comprador está saturado de información sobre una marca y otra con un simple abrir y cerrar de Smartphone, y además puede expresar qué opina y cómo se siente. El consumidor lo sabe todo de tu marca; tus características, tus precios y tus puntos débiles, entre otros muchos factores. Pero todavía hay algo más importante.

corazón valor de marca

Él espera de ti no sólo que le muestres quién eres, sino también cómo te sientes. Necesita más, porque ya no le vale ver tu cuerpo al desnudo. A partir de ahora te valorará por lo que le hagas sentir, y además te dirá que ha sentido él. Y ahí radica la interacción. En que marca y consumidor se cuenten cómo están. Que ambas partes pasen de la primera cita, la de la atracción corpórea, y buceen en sus interiores. Solo así se establecerá una relación de iguales. Quien te compre ya no lo hará tanto por tu cuerpo, sino por tu capacidad de hacerle emocionar. Porque al final es lo único que él también te puede explicar. Qué sensaciones le despiertas, si se siente bien contigo.

Pero aquí no termina la labor de las marcas. Aquí es donde probablemente se diferencie el valor de marca. En la comprensión y gestión final que se le da a las emociones del consumidor que el producto le ha llegado a despertar. El amor es así.

Jordi Santamaría

Director del Área Humanidad