Esta pandemia nos ha dejado muchas lecciones. Todos tenemos algo que aprender de la terrible situación que nos ha tocado vivir, tanto a nivel individual como colectivo y, por descontado, empresarial.
Más tarde o más temprano, los científicos conseguirán controlar el virus y saldremos de esta época de incertidumbre en que nos hemos visto envueltos desde que comenzara este aciago 2020. Pero, para entonces, el mundo ya no será como antes. Los grandes acontecimientos traen consigo grandes cambios y, por ende, grandes oportunidades. Es momento, pues, de adaptarse a los tiempos que vivimos y aprovechar las posibilidades que nos ofrece esta nueva tesitura.
La pandemia ha afectado a muchos sectores de la actividad económica, pero especialmente al sector de la restauración. Bares y restaurantes, grandes ágoras de la sociedad moderna – con permiso de las redes sociales, por supuesto -, han visto mermada su afluencia de público debido a las medidas impuestas por los gobiernos para frenar el avance del coronavirus y la inseguridad de la ciudadanía. Y es ahora cuando el sector necesita resarcirse del duro golpe que ha supuesto la pandemia y el consecuente confinamiento y reivindicar su valor. Ahora, más que nunca, la restauración debe apelar a la comunicación como vehículo para recomponer su esencia tras los estragos producidos por la emergencia sanitaria. Y, en la segunda década del siglo XXI, la comunicación y el branding digital son, sin lugar a dudas, la manera más efectiva para conseguirlo.
Los restauradores deben aprovechar las posibilidades que ofrecen las distintas plataformas digitales para proyectar su marca y conectar con sus públicos a través de una comunicación que transmita seguridad y confianza y un discurso inteligente que integre sus principales valores y los adapte al nuevo contexto social.
Si bien la tendencia indica que cada vez más establecimientos apuestan por comunicar a través de los canales digitales, los acontecimientos exigen ahora un paso al frente. Es momento de llegar al público a través de acciones comunicativas que apelen a la responsabilidad del sector frente a la pandemia y le ayuden a recuperar el vigor del que ha gozado en etapas anteriores.
Adaptarse a los cambios… y comunicarlo
Uno de los principales cambios sociales derivados del confinamiento que vivimos durante más de dos meses es la consolidación del teletrabajo. Muchas compañías que se vieron obligadas a implantarlo durante la cuarentena han decidido continuar con este método a tenor de las ventajas que ofrece tanto a empleado como a empleador. Desde el punto de vista de la restauración, esta medida supone un importante hándicap, pues un empleado que trabaja desde casa difícilmente acudirá a un restaurante durante su período de descanso diario. Para hacer frente a esta realidad, algunos restauradores han apostado por ofrecer sus servicios a domicilio.
De nuevo, los cambios generan oportunidades y, por muy innovadoras que sean las acciones llevadas a cabo, jamás alcanzarán la misma magnitud sin una estrategia de comunicación sólida y coherente que las respalde y las proyecte hacia el público deseado. Y en la sociedad de la información, la comunicación digital es el método ideal para conseguirlo.
La restauración se enfrenta a uno de sus mayores retos de los últimos tiempos. El desarrollo de los acontecimientos ha situado al sector en una difícil posición. Para salir de ella, deberá poner sobre la mesa esfuerzo, valentía, responsabilidad, creatividad y elaborar una receta cuyos ingredientes principales sean la comunicación y el branding digital.