Un embajador es aquel soldado de primera línea de fuego, un auténtico fan de tu marca, que se identifica con ella, que es capaz de recomendarte dentro y fuera de la red, pero también de defenderte con uñas y dientes como si él mismo fuera tu marca. Además, se encarga de difundir tu mensaje en su comunidad con una imagen positiva y de valor.
Ante una definición como esta, ¿quién no quiere tener embajadores de marca? ¿Os imagináis ya cuántas ventajas podrían ofreceros?
“Los mercados son conversaciones y tu marca necesita Embajadores que hablen de ella”
Existen 4 tipos de embajadores de marca: Los filtros, los fanáticos, los facilitadores y las estrellas fugaces. Cada uno de ellos tiene unas características propias que los hacen actuar de forma distinta, pero, sobre todo, la marca debe saber gestionarlos como grupos diferenciados.
Consejos para crear tu comunidad
Antes que nada, deberás hacerte unas preguntas muy sencillas que, a veces, olvidamos: ¿dónde estoy? y… ¿dónde quiero estar, hacia dónde quiero ir? También, es importante saber escuchar al mercado que nos interesa. ¿En qué redes sociales debo estar? ¿Debo abrir un perfil en todas y luego “ya veremos”?
Otro de los consejos es crear una estrategia de evangelización, construir la marca conjuntamente con nuestros embajadores, fidelizar a estos, ser constantes y medir cada acción que realicemos.
“Canta todo lo que quieras, pero no desafines“. Debemos ser, ante todo, comunicadores eficientes y dejarnos de tanto humo y cuentos chinos… Y tú, ¿ya sabes cuál es tu historia?
Los primeros embajadores de marca son los embajadores internos, a quienes debemos fidelizar primero, nuestros empleados.
A veces las empresas empiezan mirando fuera cuando lo primero que deberían hacer es centrarse en lo que tienen dentro antes de ir a otra parte. Porque no hay mejor embajador de marca que tus trabajadores y colaboradores, porque nadie va a hablar de la misma manera que ellos, conociéndote tan bien como te conocen.