Las marcas son el elemento sobre el que gira una compañía, y su valor de marca la principal arma de marketing de atracción. El trabajo de una marca no viene dado, ni tampoco se hace de la noche a la mañana. Hay que poner mucha dedicación en la construcción de una marca, desde su lanzamiento hasta durante todo el proceso de vida. Una marca es fiel a unos valores que la identifican y que quiere transmitir al público. Son muchas las compañías que crean una marca, pero que no realizan acciones de branding para catapultarla, si no que esa marca pasa a ser desconocida por muchos o, en el peor de los casos, queda enterrada en el olvido.
Para que no pase esto, lo primero que hay que hacer es analizar la situación de la marca. Pensar en si hemos acertado en el nombre, en la imagen, en a quién nos dirigimos con esta marca, en las ideas que te vienen a la cabeza cuando oyes esa marca o ves su logotipo, etc… Hay que desmenuzar todos los elementos de creación que componen una marca para saber si estamos en el camino correcto. Acto seguido, una vez convencidos de nuestra marca, se deberá marcar una estrategia de difusión y posicionamiento de la misma. Para ello, tenemos que tener presente todos nuestros canales de comunicación presentes. Para nosotros, las marcas huérfanas son todas aquellas que mueren en el camino por no haber marcado inicialmente una estrategia de comunicación.
Siempre que estamos delante de una marca pensamos en estos cuatro puntos: su imagen (creatividad), su mensaje (comunicación), la idea que quiere transmitir (marketing) y aquello que le diferencia (características propias). Las marcas las asociamos a imágenes del recuerdo que se forman en nuestra mente a través de inputs.
A través del efecto de los social media hemos conseguido que las marcas se humanicen, que se acerquen a las personas y viceversa. Este es un gran paso adelante para todas aquellas marcas que se habían quedado huérfanas para que consigan ser apadrinadas por un público nuevo presente en la vida 2.0. También para ellas es una oportunidad de darse a conocer entre la sociedad, y qué mejor que aprovechar estos canales de comunicación sin fronteras para reforzar su marca e incrementar su notoriedad.
Al final, tenemos que pensar en construir una comunidad de seguidores en torno a la marca que refuercen nuestra identidad y reputación, y para ello hay que conseguir que tanto nuestro mensaje como imagen calen en sus mentes, y permitirles de esta forma vivir experiencias inigualables siempre que se acerquen a nuestra marca.