El storytelling es esa historia que te contaba tu abuela o tu madre cuando te ibas a dormir, y te mantenía en suspense hasta que caías rendido. El poder de la atracción a través de un cuento, de una historia o de un relato, en el que se puede contemplar el desarrollo, el nudo y el desenlace aún desviando el foco. Una hoja en blanco rayada por el guión de su director/a.
Una historia con personajes, cada uno con distinto perfil, y en el que seguramente acabarás reconociéndote con alguno de ellos. Siempre tendemos a proyectarnos en un personaje, a identificarnos con su papel en la historia. Incluso, puede ser que este personaje sea una «fotocopia» de nosotros.
Para comenzar a construir esta historia empieza por asignar quiénes serán los personajes protagonistas, sobre los que principalmente girará el relato. Y dónde se desarrollarán los hechos. Además, recuerda enmarcarlo en un contexto emocional que toque la fibra sensible, que despierte sentimientos, y que conecte con las personas por su ternura o cercanía, y envuélvelo en una atmósfera mágica. No construyas una historia rebuscada, utiliza un argumento que sea fácil de recordar y de compartir con otros, con un tono llano y «apto para todos los públicos».
Aprovecha la historia para transmitir un mensaje positivo, social y humano. De esta manera, será más fácil que conectes con diferentes tipos de públicos, yendo más allá de tu público prescriptor. ¿Te has parado a pensar cuáles son los símbolos o sellos de identidad asociados a tu público? ¿Cuántos de ellos aparecen en tu historia? Puede ser que algunos de ellos estén vinculados a una generación. ¡Abre el baúl de los recuerdos y comienza a sacarlos. Estos elementos aflorarán en tu público emociones e ilusiones del pasado.
Tampoco te olvides de proyectar en esta historia los valores concebidos por tu marca, el cómo quieres ser visto ante los ojos de todos esos públicos. Seguramente, este es el mejor momento para que tus valores permanezcan en el recuerdo de todos ellos, y comiencen a asociar estos valores con tu marca de ahora en adelante. Piensa en proyectar tu imagen en la historia, y deja al lado los mensajes comerciales. ¡No es el momento! A tu historia hay que ponerle mucha humanidad, naturalidad, espontaneidad y sobre todo, autenticidad.
Y no te olvides de terminar tu historia recalcando el claim de tu marca y la imagen, pero, por favor, que esto no se produzca hasta el final, una vez los hayas conquistado a todos.