Rareza es el término que se me ocurre para definir a aquellas empresas o personas que no cuentan con presencia en la red. ¿Realmente existe alguien que a día de hoy no esté en Internet? Parece difícil responder que sí. Y es que vivimos en una sociedad altamente digitalizada e hiperconectada, en la que todo está en la red. Nos informamos a través de ella; trabajamos, nos relacionamos, compramos, invertimos, nos enamoramos… todo a través de la red.
Con este panorama, no es de extrañar que las organizaciones hayan tomado conciencia de lo importante que es la proyección de su marca en los canales digitales. Pero algunas, las más perspicaces, no se conforman con eso y entienden los múltiples beneficios de reforzar la proyección de su marca con un enfoque auténtico: apuestan también por una gestión estratégica de la imagen de sus líderes en la esfera digital, especialmente en LinkedIn, la plataforma profesional por excelencia.
Para crear y gestionar de manera óptima la marca personal de un CEO, hay una serie de etapas de trabajo. En be shared llevamos más de 8 años desarrollando estrategias de marca personal para portavoces digitales de grandes compañías, por lo que contamos con un método perfectamente definido cuyos resultados han sido más que contrastados.
Análisis del terreno
Antes de entrar de lleno en la creación de una marca personal, es esencial entender el contexto en el que operan tanto el directivo como la empresa. Analizar la industria, la competencia y las tendencias del mercado nos puede proporcionar información fundamental sobre la que cimentar una estrategia totalmente personalizada.
¿En qué sector opera la organización y qué características específicas tiene? ¿Cuáles son sus retos de futuro? ¿Y su reputación? ¿En qué basa su estrategia de comunicación?
Hacernos estas y otras preguntas nos ayudará a comprender el entorno y nos permitirá dar coherencia a la estrategia de marca personal.
Identificación y jerarquización de los stakeholder
Una vez conocemos el entorno en el que debemos movernos, es momento de identificar los stakeholders del CEO y jerarquizarlos. Esto nos permitirá crear un mapa que nos ayudará a definir posteriormente la estrategia comunicativa, priorizando unos mensajes por delante de otros. Y es que una marca personal bien definida no solo se dirige al público general, sino que se centra en stakeholders clave: clientes, colaboradores y colaboradoras, accionistas, instituciones públicas, etc.
En este punto, es fundamental entender las expectativas y necesidades de cada grupo de interés para orientar los mensajes del CEO a cada uno de ellos y establecer así conexiones sólidas que ayuden a forjar una de las bases de toda relación: la confianza.
Evaluación de la huella digital
La comunicación es a menudo una disciplina cuyos resultados es muy difícil medir. Analizar la huella digital del directivo o la directiva, es decir, revisar su presencia en la red (redes sociales, buscadores, artículos, entrevistas…) nos ayudará a identificar áreas de mejora y nos permitirá establecer un punto cero. A partir de ahí, podremos valorar la evolución del perfil y hacer tangibles los resultados.
Desarrollo de la estrategia de posicionamiento
El proceso analítico nos ayudará a abordar el planteamiento estratégico. Es hora de procesar la información recopilada y desarrollar una estrategia de posicionamiento ad hoc, en la que quede reflejado el máximo número de detalles posible, tanto de la construcción de la marca como de la posterior comunicación. Los elementos que suelen incluirse en este tipo de documentos son aquellos propios de cualquier plan de comunicación digital corporativa pero extrapolados al terreno personal.
Gestión de la comunicación
Cuando la base estratégica está totalmente asentada, es momento de arrancar con la comunicación. Pero antes, hay que optimizar el perfil de LinkedIn del CEO en base a los criterios establecidos en la hoja de ruta. Esta es una parte fundamental de la construcción de la marca, ya que el perfil será en muchos casos la carta de presentación del directivo o directiva.
Y solamente cuando tengamos un perfil completamente optimizado empezaremos a comunicar y a poner en práctica todas las acciones incluidas en el planteamiento estratégico, siguiendo con los timings y las pautas previamente establecidas.
Monitorización como clave para la mejora continua
Una de las maneras más efectivas de aprender y mejorar en cualquier disciplina es mediante el método de ensayo y error. En comunicación no es demasiado distinto. Una vez hemos puesto en marcha la comunicación del CEO en LinkedIn, es recomendable que llevemos a cabo una exhaustiva monitorización, pues nos permitirá aplicar las medidas correctivas necesarias para que el perfil evolucione positivamente y los resultados obtenidos en el futuro cumplan con nuestras expectativas.
En definitiva, la creación y gestión de la marca personal de un líder empresarial es un proceso integral que se lleva a cabo de manera personalizada, en el que la atención a los detalles, la anticipación y la capacidad de observación son vitales para comprender el entorno y orquestar un plan de acción capaz de conseguir los objetivos deseados. La óptima gestión de la comunicación de los líderes empresariales es una asignatura obligatoria para todas las medianas y grandes compañías, que tienen ante sí una oportunidad de llegar a sus públicos de manera transparente, cercana y, sobre todo, humana.