Desde que Isabel Coixet lanzó la comedia ‘Foodie Love’ hace un mes parece que el término “foodie” se ha viralizado aún más. El amante de la cocina convencional, el atlas andante de restaurantes y recetas, el crítico que puntúa los locales y eventos gastronómicos más importantes de la restauración, es ahora un foodie. Un influencer cuyas valoraciones únicamente podrás consultar a través de un feed de Instagram, la red social preferida para este nuevo perfil de líder de opinión digital.
Los foodies, además de postear en las redes sociales los mejores restaurantes y recetas y deslumbrarnos con las tendencias más raras de la gastronomía del siglo XX, también pueden ayudarte a mejorar tu estrategia digital.
Cada vez encontramos en el ecosistema foodie más perfiles diferentes que podrían encajar con nuestra marca y darle un valor añadido a nuestra comunicación digital. Detrás de estos foodies con miles o millones de seguidores hay toda una comunidad que confía en su criterio. Un foodie puede ser el canal perfecto para salir de la comunicación convencional establecida y llegar a nuevos públicos. Si confían en sus recomendaciones culinarias, ¿por qué no en lo que comuniquen estos influencers acerca de nuestra marca?
Las colaboraciones con foodies, más allá de lo gastronómico
Las colaboraciones con foodies son una forma perfecta de humanizar nuestra comunicación digital. Son líderes de opinión mucho más próximos que responden a comentarios y devuelven algún like a sus seguidores. Una cercanía difícil de conseguir en otras colaboraciones con artistas o famosos que están fuera del alcance de nuestros públicos. Con ellos, es posible hacer colaboraciones en las que el foodie recomienda un producto o lo utiliza para realizar alguna receta.
Para potenciar al máximo las comunicaciones con foodies uno de los formatos que mejor funciona son los sorteos o los concursos. Esta acción de marketing digital participativa con un mínimo coste, puede abrir el camino para llegar al máximo de clientes potenciales. Sobre todo en Instagram, donde es posible llegar a usuarios aunque no sigan al foodie en cuestión, gracias al uso de hashtags o las stories.
También es importante contar con los Influencers como promotores y comunicadores de los eventos que organiza la marca o en los que está presente. Ya sea a través de las historias de Instagram o bien con un post antes y después del evento, los foodies pueden fortalecer la imagen de marca con una sola valoración positiva de una feria, exposición o evento de inauguración, ya sea de un supermercado, restaurante u hotel.
Influencers, marcas e Instagram
Muchos foodies, además de centrarse en el eje temático de la cocina y la gastronomía, también promueven un estilo de vida. No es necesario que el servicio o producto que comercialice la marca sea del sector de la restauración para realizar una campaña eficiente con estas marcas personales del mundo de la gastronomía. Es el caso del foodie Miguel Antoja con la marca de automóviles Subaru o Alejandro de la Rosa, con las velas perfumadas Diptyque.
Ya son muchas las marcas que trabajan con foodies para incrementar su branding. Incluso algunas grandes compañías como Caixa Bank o ZARA ya los están incluyendo en sus estrategias de comunicación digital a través de campañas creadas específicamente para ellos.
El fenómeno foodie en España
En España, los foodies pueden ser un instrumento perfecto para el lanzamiento de un nuevo producto o servicio, reduciendo costes en nuestro presupuesto de acciones comerciales y ayudándonos a comunicar nuestra marca de una forma mucho más próxima y natural.