Suena Experience de Ludovico Einaudi. Me gusta escuchar la música de este compositor y pianista para relajarme y viajar hasta lo más profundo de mi ser. Por eso, para escribir este artículo me he puesto esta canción de fondo. Porque quiero escribir sobre la red social más humana que tenemos hoy en día en el panorama digital. Esa no es otra que LinkedIn.
Ante todo, quiero aclarar que a mí, dicha red profesional, no me regala su versión Premium para hablar bien de ella. Además, no soy influencer, por lo que no tengo ningún interés económico ni escondido en humanizar LinkedIn. Simplemente, me apetecía usar este espacio para destacar esta importante característica de una plataforma que ha crecido mucho en los últimos años y no por casualidad.
La cuestión es que LinkedIn está haciendo las cosas bien. Hecho que no implica que el resto de las plataformas (Twitter, Instagram, Tik Tok…) no lo hagan. Pero, quizá, el propósito de LinkedIn me despierta más interés que el del resto.
¿Por qué LinkedIn está haciendo las cosas bien?
Seguramente, muchos me dirán que el respeto que se respira en LinkedIn es debido al interés profesional de las personas que estamos en ella. Que, a diferencia de Twitter, no debemos meternos con nadie (¡qué triste escribir esto!) o que no podemos mostrar nuestra ociosa vida de postureo, como en Instagram, porque esto nos influiría negativamente. Y tienen razón.
Sin embargo, escribiendo este artículo con Experiencie en bucle me he dado cuenta de algo: quienes están haciendo las cosas realmente bien son los usuarios de LinkedIn. Ellos, nosotros, somos los responsables de que un canal coja una dinámica u otra. Porque los algoritmos son importantes, pero no pueden estar por encima de nuestras actitudes y acciones.
Con ello, quiero decir que si consideramos LinkedIn un espacio más respetuoso, amable, empático y cercano es porque los usuarios lo hemos hecho posible. Al final, una red se nutre de nosotros; de nuestras publicaciones, comentarios y reacciones. De un engagement sano. De un saber estar o estar por estar. Por eso, la red profesional por excelencia, el mantra que siempre se repite, podría pasar a ser el de la red social más humana. Porque es en ella donde los valores de las personas están saliendo a relucir.
Quizá esta postura que tomamos en LinkedIn sea la que nos haga recuperar la confianza en las plataformas digitales, las cuales han perdido credibilidad en los últimos años debido a las fakenews, la imagen superflua y el vertedero en el cual se han convertido.
Por tanto, aprovechemos esta red para transmitir virtudes humanas, ser más personas y comunicar todo aquello que despierta el interés de usuarios y marcas de una manera auténtica y asertiva. Construyamos un mundo (también el laboral) mejor, compartiendo todo aquello que nos hace más humanos.