Cuando hablamos de marca personal en la red, la fotografía es nuestra carta de presentación ante los demás. Lo primero que nuestro público verá sobre nosotros en las redes es nuestra fotografía de perfil, lo que la convierte en nuestro primer acto de comunicación. En palabras del escritor y dramaturgo Oscar Wilde, “nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”, así que conviene ser certeros y no errar el tiro.
Nuestro cerebro procesa una imagen mucho más rápido que un texto. De ahí la importancia de cuidar especialmente nuestra fotografía para conseguir una buena aceptación por parte de los demás.
Las fotografías que utilicemos para nuestros perfiles deberán destacar del resto y al mismo tiempo ser profesionales. Resulta una obviedad afirmar que jamás debemos utilizar fotografías de nuestra vida privada para presentarnos ante el universo profesional, aunque nunca está de más recordarlo.
A pesar de que nuestra fotografía no indique cuáles son nuestras habilidades o nuestro bagaje profesional, sí que habla de nuestra personalidad y nuestra preocupación por proyectar nuestra imagen. Por eso, hay que cuidar detalles como la actitud corporal ante la cámara, nuestro outfit o la iluminación y el color de la fotografía.
Resulta vital reflejar una imagen profesional que reúna los atributos necesarios para crear un impacto positivo en los demás y, al mismo tiempo, mostrarse natural para generar confianza y cercanía.
Tips básicos para una foto de perfil profesional
Para conseguir proyectar una imagen óptima y que aporte valor a nuestra marca personal, podemos seguir una serie de consejos, aunque el mejor de ellos es utilizar el sentido común:
- Aspira a ser auténtico. Las expectativas que se generen deben ser sutiles y hay que evitar el factor sorpresa. Utilizar una foto actual que se ajuste a nuestro código de imagen habitual resulta una apuesta coherente. Debemos vestir del mismo modo que vestiríamos si fuéramos a trabajar e intentar que la imagen que proyectamos en nuestra fotografía sea fiel y coherente a la realidad.
- La cara es el espejo del alma. Esto puede parecer obvio, pero suele ser ignorado con demasiada frecuencia. El objetivo de nuestra foto de perfil es que la gente vea quiénes somos. Si nuestro público no puede obtener una buena perspectiva de nuestra cara, la fotografía no tendrá ningún sentido. Lo óptimo es que nuestro rostro se pueda distinguir con claridad, de modo que no es aconsejable utilizar fotos de cuerpo entero ni planos demasiado cerrados. Un plano por encima de la cintura es ideal. De igual manera, tampoco se recomienda utilizar ningún tipo de sombrero y hay que procurar, en la medida en que seamos capaces, que el pelo no nos cubra la cara.
- Proyecta una imagen cercana. Si nos mostramos accesibles y amistosos, nuestra foto de perfil tendrá una recepción más cálida. Una expresión agradable o una pequeña sonrisa son el punto exacto en el que debemos situarnos. Y recuerda que una sonrisa no es una carcajada.
- Fondo y ambiente neutros. Según como lo utilicemos, el fondo puede ser beneficioso o perjudicial. El protagonista de la foto está claro, así que conviene evitar los fondos que puedan confundir o distraer la atención y apostar por aquellos que generen un contraste agradable. Eso facilitará que nuestra figura sea distinguida y conseguirá que nuestro público ponga el foco donde realmente importa. Aunque, nunca un fondo blanco porque sino parece postiza la fotografía.
- Utiliza una misma imagen en todas las redes sociales. Si queremos que nos reconozcan de inmediato en todas las redes sociales debemos emplear la misma foto. Esto es adecuado si se quiere proyectar una imagen uniforme de nuestra persona y ser coherentes con nuestra marca personal.
- Mira a cámara. El contacto visual es una de las formas más importantes que los seres humanos tenemos para comunicarnos. Si miramos hacia otro lado, estaremos creando una desconexión entre nosotros y la persona que está viendo nuestra fotografía. Y eso, sin duda, puede generar un efecto contrario al que deseamos.
Las empresas, las primeras interesadas en tu marca personal
Una buena gestión de nuestra identidad visual, así como de nuestra marca personal en general, nos ayudará a mejorar nuestra reputación en las redes y a conseguir los objetivos profesionales deseados. El personal branding nos permitirá tener más oportunidades a la hora de cambiar de trabajo, ser más reconocidos en un sector profesional específico o proyectarnos como un referente ante unas temáticas concretas.
Pero el personal branding no solamente tiene beneficios para los profesionales. Las empresas también salen ganando si sus empleados cuentan con una buena marca personal. Y es que, si sus trabajadores tienen una marca personal de calidad, la reputación de la empresa crecerá.
A nadie se le escapa que detrás de la imagen corporativa de las empresas hay un equipo humano. Si cada una de las personas que componen una organización tiene una buena reputación en Internet asociada a su ámbito profesional, la reputación de la empresa crecerá y se consolidará. Por eso, las empresas valoran cada vez más tener en sus equipos a profesionales con un exquisito cuidado por su marca personal.
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