Javier López

Consultor de comunicación digital

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El coronavirus no es una oportunidad de negocio, es un momento para estar a la altura

El coronavirus ha sido ya reconocido como pandemia global y probablemente sea el mayor reto al que nos hemos enfrentado la sociedad globalizada en el siglo XXI. Un desafío al que se ha de responder desde dos ámbitos, desde el ámbito individual, como ciudadanos que asumen su cuota de responsabilidad a la hora de seguir las recomendaciones de la OMS y las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos, y desde el ámbito social, articulando las organizaciones todas las acciones posibles para mitigar el contagio y recuperar la normalidad cuanto antes. Esto implica a multitud de colectivos que actúan en red ayudando en la medida de lo posible a superar esta crisis.

En el ámbito empresarial la decidida apuesta por el teletrabajo es la mejor de las opciones en un momento donde la pandemia crece por cada día que pasa. De no ser posible, se han de respetar las indicaciones que el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha, para conseguir frenar la curva.

Pero más allá del terreno operativo, vale la pena detenerse en el ámbito de la ética. Las empresas, como entes, como organizaciones, también tienen una responsabilidad en el momento actual y deben estar a la altura de las circunstancias. Nunca antes la Responsabilidad Social Corporativa se enfrentó a un reto tan complejo. Asumir las dificultades, aceptar la realidad y buscar soluciones prácticas ha sido solo la primera etapa de este momento histórico.

Porque antes que vendedores de servicios, antes que suministradores de productos, antes que clientes y empresas, somos ante todo comunidades de personas.

Comprobamos con estupor cómo hay empresas que aprovechan la fragilidad de los colectivos para posicionar sus productos y servicios, asociándolos de cualquier manera a la pandemia global, buscando compradores en momentos de incertidumbre y pánico global. Aparecen las mascarillas utensilios de teletrabajo o jabón para las manos en los anuncios de redes sociales, el SEM de Google o en los banners de las webs.

También vemos cómo hay entidades más preocupadas por las cuentas de resultados que por las personas y sus acciones contribuyen a alimentar el pánico. No parece el camino más ético. El coronavirus no es una oportunidad de negocio ni un trending topic al que aferrarse para engordar la cuenta de resultados. Es una amenaza real y solo como colectivo lo superaremos.

Buenas prácticas digitales frente al coronavirus

El momento que vivimos exige empresas valientes que aboguen por la cooperación, la transparencia, la solidaridad, las buenas praxis, el apoyo mutuo y la protección de su equipo humano. Si bien no tendrán la misma recompensa a corto plazo que quienes aprovechan la difícil coyuntura para posicionarse, las comunidades digitales valorarán este esfuerzo y serán mejor percibidas de cara al futuro.

Porque antes que vendedores de servicios, antes que suministradores de productos, antes que clientes y empresas, somos ante todo comunidades de personas. Para todas debe de haber un mañana. Porque el coronavirus pasará, le venceremos y entonces será el momento de reflexionar. Quiénes estuvieron a la altura del momento y quiénes no. Quiénes comprobaron que sus valores, misión y visión del mundo les ayudaba en momento de extrema dificultad y quienes lo tomaron como un papel en blanco. ¿De qué lado se sitúa tu organización?

El SEO de 2020: Sentir, Empatizar y Observar

Desde hace tiempo sostengo que, probablemente, la mejor herramienta de posicionamiento SEO no sea ya una plataforma de métrica de última tecnología, ni un contenido perfectamente adaptado a las tendencias imperantes ni un estudio pormenorizado de las palabras clave.

Hoy en día, la mejor técnica de posicionamiento orgánico que puedes llevar a cabo con tu empresa tiene que ver con aspectos menos tangibles, más abstractos, pero igualmente fundamentales: los valores, la actitud y la personalidad de tu compañía de cara al cliente. A partir de estos, el SEO (Search Engine Optimization) se puede transformar en un nuevo SEO (Sentir, Empatizar, Observar), que paso a detallar a continuación.

Sentir

Estamos viviendo la era de los sentimientos.Las personas sienten, y las empresas -al fin y al cabo, personas que se organizan en torno al trabajo- también. Las empresas que sean capaces de conectar con los sentimientos de las personas, estarán llegando de una manera real a su comunidad.

Así pues, en tu comunicación online y offline, deja que tu empresa sienta, dale voz a quiénes integran tu compañía y no tengas miedo a que las personas perciban esos sentimientos. Es la conexión sentimental la mejor fórmula de fidelización que existe. Lo dicen los expertos, a los consumidores de hoy no les importa pagar más si las empresas demuestran coherencia y valores asociados a su código ético.

Empatizar

La comunicación unidireccional pasó a mejor vida. Hoy en día, las organizaciones deben ponerse en el lugar de sus audiencias si quieren crear una comunidad estable, y eso pasa por conversar con ellas y mantener una escucha activa. Dedicar recursos y tiempo en esta dirección no es una inversión baladí, pues puede marcar la diferencia entre unas compañías y otras, y establecer nuevos liderazgos.

La empatía es un valor que está situado en el centro neurálgico de este mundo. Los valores considerados hoy tendencias acabarán integrándose en la cotidianeidad del marketing. Aspectos como la sostenibilidad, la inclusión, la conciliación, la digitalización… no serán ya excepcionales, sino aspectos centrales de las estrategias de las empresas.

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Observar

Los entornos en el ecosistema digital, e incluso más allá, son muy cambiantes. El mundo se mueve hoy a una velocidad que antaño ni siquiera concebíamos. Por eso, las empresas no pueden ser endogámicas y encerrarse en su cotidianeidad, deben salir y buscar la realidad, estar en el lugar donde están pasando las cosas. La observación es fundamental para conocer los entornos en los que desarrollas tu actividad y luego tomar decisiones estratégicas. Las empresas llamadas a innovar viven con un pie dentro y otro fuera de la empresa, y son capaces de establecer alianzas estratégicas con otros actores de su ecosistema.

Como he analizado anteriormente, puede que el SEO de antaño, que siempre será importante, necesite hoy de otro SEO que lo haga verdaderamente diferencial. El SEO de siempre no es suficiente para posicionar, hace falta un salto al terreno antropológico. Posicionar en valores tiene una repercusión real en los buscadores. Es resultado de la autenticidad, convicción y humanidad de una organización. Y cada vez, va a tener más importancia.

los valores del equipo de baloncesto de España

¿Qué pueden aprender las empresas de la victoria de la selección de baloncesto?

Como sabéis, la selección española de baloncesto se proclamó ayer campeona del Mundial de Baloncesto celebrado en China. Las dos selecciones que llegaron a la final, Argentina y España no figuraban entre las favoritas al torneo (estas eran Serbia, USA y Francia), pero hicieron un campeonato soberbio que les llevó a la final. El éxito de la selección nos deja algunas lecciones válidas para cualquier sector profesional.

– El éxito radica en el colectivo

Después de una década bajo el incontestable liderazgo de Pau Gasol, la selección acudía a un mundial sin la presencia de su referente (está recuperándose de una lesión y poniéndose en forma para su debut con Portland Trail Blazers) y con dos referentes que no son las estrellas de sus equipos: Ricky Rubio y Marc Gasol.

Los analistas decían que faltaba una estrella capaz de asumir las canastas decisivas. El seleccionador Scariolo dijo en la previa que este año tendrían que suplir el talento con otras cualidades.

No hizo falta, en la final España tuvo seis jugadores por encima de dobles dígitos. En la semifinal contra Australia varios de sus jugadores metieron canastas que significaban la permanencia o no en el torneo. Al final sí vino una estrella a China, el colectivo.

– Tener memoria: saber de dónde vienes construye una identidad

Pese a que podrían haber tenido un fondo de armario de mayor garantías, Scariolo eligió tres hombres que habían participado en las llamadas “ventanas”, la fase clasificatoria al mundial. Quino Colom, Xavi Rabaseda y Javier Beirán. Era un gesto más que importante.

Esos jugadores consiguieron que la selección estuviera en China, tenían un histórico a sus espaldas y trasladaban al resto de jugadores la memoria compartida de sus otros compañeros. Una identidad sobre la que entenderse y crecer juntos.

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– Adaptarse a los cambios

En plena final, Scariolo sorprendió con una modificación sustancial en el quinteto inicial. Situó a Oriola por delante de Claver. El propósito era sencillo, la selección Argentina contaba con Luis Scola, un center reconvertido a pívot moderno que estaba tirando fenomenal de tres. Como Oriola capaz de defender por dentro y por fuera, se le asignó emparejarse con Scola.

De los 29 puntos de Scola en semifinales a los 8 de la final. La capacidad de, ante nuevos retos, buscar nuevas soluciones, por parte del combinado español fue clave en el devenir de la final.

– Never too high, never too low

La frase que siempre repite Ricky Rubio cuando todo parece blanco o negro. Nada es tan perfecto como parece ni nada es definitivamente malo. Los retos a los que nos enfrentamos siempre dejan un aprendizaje. Los éxitos, rápidamente son sustituidos por nuevos anhelos. Nunca somos perfectos. Tampoco somos tan malos. Simplemente se trata de amar lo que haces y poner cuanto tienes por llegar lo más lejos posible.

Decía el padre de Ricky Rubio tras el encuentro que se sentía más orgulloso del Ricky persona que del Ricky jugador. A lo mejor, la manera nada excesiva de asumir los éxitos y los fracasos tiene algo que ver.

– El valor de la experiencia

Para bien, esta generación de jugadores va incorporando nuevas piezas al bloque, estableciendo un relevo generacional paulatino y nada agresivo. Por eso nos da la sensación de que estos jugadores son los mismos que ganaron en 2006, pero lo cierto es que sólo dos continúan. Porque un relevo bien planificado hace que la esencia del grupo se mantenga, sus valores y su manera de entender el colectivo.

Eso permite que, cuando el resultado aprieta, los jugadores más veteranos asuman su responsabilidad. En el caso de la selección española, Rudy Fernández y Marc Gasol han sido esos hombres. Los dos fueron titulares y los dos fueron esenciales en la victoria final. El valor de la experiencia.